Los factores a tener en cuenta en la gestión de stocks pueden ser diferentes de un almacén a otro, de una empresa a otra, etc. No obstante, hay una serie de elementos que en la mayoría de las ocasiones inciden en la gestión de los almacenes. Dichos elementos a veces pueden controlarse y en otros casos son condicionantes. Entre los factores que con mayor frecuencia se pueden controlar están: la cantidad a pedir o fabricar, el punto de pedido, el stock de seguridad o protección y el plazo de aprovisionamiento. Entre los factores que se presentan como no controlables podemos citar las demandas o necesidades de salida de almacén, las formas de financiación, la caducidad de los artículos y el espacio del almacén.
Se han desarrollado diversos modelos orientados a ayudar a la dirección en la toma de decisiones acerca de los factores que se pueden controlar en la gestión de inventarios. La variedad de los modelos deriva de las hipótesis que asumen sobre la naturaleza de la demanda y del tiempo de suministro, es decir, la consideración del carácter cierto o aleatorio de dichas variables.
El modelo de Wilson es determinar el tamaño del lote a comprar o fabricar. Los supuestos en los que se apoya el modelo son bastante ideales, al menos, es difícil que se den en la realidad en su forma pura. Dichos supuestos son los siguientes:
- Que todas las variables que intervienen en la gestión son conocidas
- La demanda o necesidades de salida del almacén son conocidas y regulares a lo largo de todo el período a estudiar.
- Que los precios de adquisición o costos de fabricación permanecen invariables durante dicho período.
- Que no existen restricciones de espacio ni de presupuesto financiero.
- Que los aprovisionamientos son instantáneos, o bien que el plazo de entrega es totalmente conocido.
- Que los costos de la gestión que afectan a la cantidad o lote a pedir o fabricar se reducen a dos categorías que son: coste de mantenimiento y costo de pedido.
Sólo en estas condiciones es posible aplicar dicho modelo. Convendrá, por tanto, que examinemos los supuestos y cálculos del mismo a fin de poder evaluar su aplicabilidad.
Pasemos entonces directamente a estudiar el cálculo de la cantidad económica de pedido, considerando los costes de mantenimiento en unidades monetarias por unidad física en existencia por unidad de tiempo. Para lo cual utilizaremos la siguiente nomenclatura:
Q: Cantidad económica a pedir.
T: Período total al que referimos la gestión.
n: Número de pedidos durante T.
C: Consumo en unidad de tiempo T.
S: Costo de pedido por pedido.
I: Costo de mantenimiento por unidad de artículo en unidad de tiempo.